Fecundación
y desarrollo embrionario
Recorrido del cigoto desde el oviducto
hasta su implantación en el útero materno. Este proceso dura aprox. 5 días.
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La vida humana comienza en el momento exacto
de la unión del óvulo y el espermatozoide; es decir, con la fecundación. Cada
gameto lleva en sí la capacidad intrínseca de la vida, y el ser que nacerá está
dotado de una mezcla singular de información genética y de experiencia intrauterina,
que no se volverá a repetir en ningún otro ser. Por esta razón, cada ser humano
es único e irreemplazable, es
un participante del ininterrumpido proceso de vivir.
El cigoto, expresión unicelular de la persona
humana, crece y se desarrolla para convertirse en un ser completo, hombre o
mujer, que nace y vive.
El nuevo ser vivo representado por el cigoto,
experimenta ahora una serie de cambios que van a culminar con el desarrollo de
un individuo que cuenta con todos los órganos y sistemas necesarios para
desenvolverse en este mundo. Este nuevo habitante, desde que comienza siendo
cigoto ya posee almacenada en su ADN todas las características funcionales,
físicas, conductuales, etc., que expresará al interactuar con los demás seres
humanos y su entorno. Por lo tanto, la persona humana está presente en el
cigoto.
La fecundación suele producirse en una de las
trompas de Falopio. Desde ese lugar el nuevo ser vivo, el cigoto, emprende un
viaje que culmina en el útero materno. El útero ofrece las condiciones
necesarias para su desarrollo durante el período denominado embarazo.
Embarazo es el periodo que se extiende desde
la fecundación del óvulo por el espermatozoide hasta el momento del parto.
En la especie humana el período de gestación
o embarazo, dura alrededor de 270 a 280 días, o sea, entre 38 y 40 semanas.
Durante este tiempo, el nuevo ser humano pasa por una serie de cambios que se
suceden en tres fases: segmentación, morfogénesis y diferenciación.
• segmentación es la etapa en que el cigoto,
única célula, se divide numerosas veces para originar primero dos células,
luego cuatro, ocho, etc. Las células resultantes se denominan blastómeros; son
más pequeñas que el cigoto, y sin embargo ya poseen la misma información
genética que él.
• morfogénesis corresponde al proceso que dará
origen a los futuros órganos del embrión. Durante esta fase se producen
divisiones y migraciones celulares, lo que determina la presencia de tres capas
de células: ectoderma,
mesoderma y endoderma. Cada
una de estas tres capas celulares será el origen de los distintos órganos y
sistemas del cuerpo humano.
• diferenciación corresponde al proceso que permite
que las células de las tres capas celulares se diferencien para generar los
distintos órganos del embrión.
A pesar de que en esta etapa, el séptimo mes
del embarazo, el nuevo ser vivo tendrá tejidos, órganos y sistemas listos para
funcionar, aún depende de la madre para obtener oxígeno y los nutrientes
indispensables para sobrevivir; esta función la cumplen los anexos
embrionarios, que están presentes en el desarrollo de la mayoría de los
animales vertebrados.
Anexos embrionarios son las estructuras encargadas de proporcionar
protección, humedad y nutrientes al embrión durante su proceso de desarrollo.
Los anexos embrionarios son: el saco
vitelino, el amnios, el alantoides y el corion.
• Saco vitelino: almacena una sustancia llamada
vitelo que sirve de nutriente al embrión.
• Amnios: es una membrana que posee líquido
en su interior denominado líquido amniótico y que rodea al embrión para
protegerlo de golpes y de la desecación.
• Alantoides: se encarga de almacenar las
sustancias de desecho del embrión y del intercambio de gases.
• Corion: es la membrana más externa que
rodea a todas las demás y cuya función es el intercambio de gases, nutrientes y
otras sustancias.
En la especie humana el saco vitelino y el
alantoides disminuyen su nivel de importancia con relación al desarrollo fetal;
no así el amnios, que conserva sus funciones. El corion en tanto, dará origen a
un nuevo órgano: la placenta.
Placenta es el órgano que aporta los
nutrientes y el oxígeno necesario para la supervivencia del embrión y elimina
los desechos producidos por él.
La placenta está formada por tejidos de la
madre y del feto, ambos ricos en vasos sanguíneos. Sin embargo, la sangre
materna y la fetal nunca se mezclan directamente.
La comunicación fisiológica entre la madre y
el feto se logra a través del cordón umbilical, que permite al feto nadar
libremente dentro del amnios.
El embarazo
El embarazo o período de gestación se divide
en dos etapas. Durante la primera fase, que dura ocho semanas, el nuevo ser
recibe el nombre de embrión, y
se desarrolla hasta alcanzar una morfología claramente humana.
En la segunda etapa, que va desde la novena
semana hasta que termina el embarazo, el nuevo ser se denomina feto, desarrolla y diferencia órganos
internos, crece y aumenta de peso en preparación para el nacimiento. Al final
del embarazo, el feto pesa alrededor de 3,5 kilos.
Primer trimestre
Primer trimestre del embarazo.
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Es la clave del desarrollo humano. En la
segunda semana de vida el embrión alcanza una longitud aproximada de 1,5
milímetros, y empieza a desarrollarse el eje mayor de su cuerpo.
En esta etapa del desarrollo embrionario, la
mujer puede percibir un atraso, respecto de la fecha en que espera la llegada
de la menstruación. Aunque no se puede decir con seguridad que se trate de un
embarazo, es posible que la desaparición de la menstruación sea la clave para
intuir que se ha concebido un hijo, si es que se han mantenido relaciones
sexuales previamente.
Al término de la tercera semana, el embrión
tiene una longitud de 2,3
milímetros aproximadamente y se empiezan a formar la mayoría de sus sistemas de
órganos. El primero en desarrollarse es el sistema nervioso central, es decir,
la médula espinal y el encéfalo. Alrededor de los 20 días de vida, el corazón
que aún no tiene una forma definitiva, ya empieza a vibrar y luego a latir.
Una vez que el corazón del embrión comienza a
latir, tan sólo a dos semanas y media después de la fecundación, no se detendrá
hasta el final de la vida del individuo, latiendo unas 100.000 veces por día en
su etapa adulta.
Posteriormente, la cabeza y el cuello van
tomando su forma, y los ojos y los oídos inician su desarrollo.
Alrededor de las cuatro semanas, el embrión
mide 5
milímetros y su masa ha aumentado 7.000 veces desde su concepción
(fecundación). A partir de esta etapa, comienza el desarrollo de músculos,
huesos y tejidos conjuntivos. Se inicia la formación de los brazos,
piernas, rodillas, dedos y las facciones del rostro.
Hacia el final de las ocho semanas la
longitud del embrión alcanza unos 3
centímetros, los huesos de sus brazos y piernas comienzan a endurecerse y
adquieren una suave movilidad que la madre no puede percibir aún. La mandíbula
empieza a definir la forma y la condición que capacitará al embrión para
realizar sus primeros intentos de succión.
Al término del primer trimestre el embrión
pasa a llamarse feto, mide unos 7
centímetros de largo y su masa es de unos 20
gramos. Su cabeza toma una forma más redondeada y representa las dos terceras
partes del tamaño del cuerpo. Se desarrollan la mandíbula con 32 yemas
dentales permanentes, y los reflejos como el del sobresalto y el de
succión. Además, se han formado todos los sistemas orgánicos principales
y comienza el desarrollo de los órganos reproductores externos.
A partir del tercer mes, la función de la
placenta es la nutrición del feto, que se encuentra unido a ella por el cordón
umbilical. Hay intercambios de sustancias alimenticias y de desechos
entre el feto y la madre, y traspaso de anticuerpos que protegerán al bebé de
contraer enfermedades una vez que nazca. Por este vínculo, el cordón umbilical,
el feto puede contagiarse de enfermedades infecciosas que la madre puede tener:
rubéola, tifus, sarampión y SIDA, entre otras.
Segundo trimestre
Segundo trimestre del embarazo.
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El crecimiento del feto, que ha sido
sorprendentemente rápido, continúa más lentamente. Las piernas y brazos
alcanzan una longitud proporcional al resto del cuerpo y su movimiento se hace
tan evidente que la madre puede percibirlo.
El feto de cuatro meses mide unos 18
centímetros y pesa alrededor de 200
gramos.
A los cinco meses, su cuerpo se recubre de
una pelusa llamada lanugo, posee cabello y su corazón late vigorosamente a una
frecuencia promedio de unos 140 latidos por minuto.
El médico puede percibir la actividad del
corazón al auscultar con un estetoscopio desde el exterior.
El feto de seis meses mide unos 33
centímetros y pesca alrededor de unos 670
gramos. Su piel es roja y arrugada y la cara está ya completamente formada y expresiva.
Los reflejos se presentan más decididos y el
feto es capaz de responder a los estímulos del medio: se muestra sensible a los
ruidos y puede responder con “pataditas” ante los más intensos y fuertes que le
molestan.
En el intestino permanece el meconio, masa
verde y pastosa formada principalmente por células muertas y bilis; éste se
mantendrá en dicha cavidad hasta después de su nacimiento.
Los primeros meses del embarazo son los más
críticos para el niño en desarrollo, ya que durante este periodo se forman su
cerebro, brazos, piernas y órganos internos. Es por esta razón que una mujer
embarazada debería tener especial cuidado antes de tomar ningún tipo de
medicación si no es aconsejada por un médico que conoce su estado. También
debería evitar los rayos X y el consumo de cigarrillo y alcohol.
Tercer trimestre
Tercer trimestre del embarazo.
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Durante el último trimestre del embarazo, el
feto aumenta notablemente de tamaño y de peso. Este período se caracteriza por
un evidente desarrollo del sistema nervioso y un considerable aumento del
número de células cerebrales. Es fundamental que en esta etapa la madre tenga
una alimentación rica en proteínas para ayudar a que el desarrollo del cerebro
infantil se complete en buena forma.
Al séptimo mes de embarazo, el feto ha
ocupado casi todo el espacio disponible en el útero y muchos bebés en esta
etapa se acomodan tomando una posición invertida. Así, el movimiento de
pies y rodillas se torna más libre y puede percibiese desde el exterior del
vientre materno.
Si el nacimiento ocurre en este período, el
bebé tiene un excelente pronóstico de supervivencia, siempre que cuente con el
apoyo médico adecuado, y la posibilidad de mantener al bebé en una incubadora
hasta que éste sea capaz de regular por sí mismo su temperatura corporal.
Al octavo mes, sólo falta que el bebé
desarrolle ciertos tejidos pulmonares superficiales y una buena capa de tejido
adiposo aislante, con el fin de estar listo para nacer.
En esta etapa el bebé suele presentar hipo,
que puede ser causado porque traga y bota por la boca porciones de líquido
amniótico.
En el último mes de embarazo, el bebé ya no
tiene suficiente espacio en el útero por lo que sus movimientos son de menor
amplitud.
En esta etapa de término, desciende por la
cavidad de la pelvis, fijando firmemente su cabeza a ella. Mide entre 48
y 52
centímetros y pesa entre 2,7 y 4 kilos.
Parto
Etapas del parto.
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El parto es el momento de la salida del bebé
al exterior a través de la vagina.
A veces las mujeres dan a luz antes de
la fecha esperada, lo que da origen a un niño prematuro. Un 7% de los niños que
nacen son prematuros, es decir, nacidos antes de las 37 semanas de embarazo.
Los niños que nacen unas pocas semanas antes suelen desarrollarse con
normalidad. Los últimos avances en el cuidado de niños prematuros permiten
sobrevivir a muchas criaturas que nacen con 25 o 26 semanas de gestación.
Poco antes del parto se elimina el
líquido amniótico por el vaciamiento de la cavidad amniótica.
El parto, comienza con contracciones
irregulares del útero cada 20 o 30 minutos. A medida que avanza el proceso,
aumenta la frecuencia e intensidad de las contracciones.
La duración normal del parto para una
madre que espera su primer hijo es de 13
a 14 horas, y unas 8 o 9 para una mujer que ha dado a luz antes. No obstante,
existen grandes variaciones en cuanto a la duración del parto.
Algunas mujeres prefieren algún tipo de
anestesia para aliviar el dolor del parto. Sin embargo, el parto natural cada
vez es más frecuente debido en parte a que muchas mujeres saben que la
anestesia y la medicación que reciben pueden llegar rápidamente a través de la
placenta al niño por nacer.
Otra opción en el parto es la anestesia
local, donde sólo se duermen aquellas partes del cuerpo de la madre afectadas
por el dolor del parto. Tales anestésicos incluyen el bloqueo de la parte
inferior de la espina dorsal y la inyección epidural, con la que se anestesia
la región pélvica. La epidural no se debe usar al principio de la dilatación
porque prolonga peligrosamente el parto; después sólo se utiliza para calmar el
dolor de la expulsión (y quizás de la dilatación final).
Otra opción es la cesárea, que consiste en
sacar al bebé del útero quirúrgicamente, pero no es una alternativa para el
dolor. Sirve para evitar algunas complicaciones del parto natural y sólo se
realiza si existe una razón médica específica.
Después del parto, se corta el cordón
umbilical y se anuda. Al cicatrizar, deja como señal el ombligo. El niño llora por primera vez al
inhalar, comienza a respirar con regularidad, y de este modo inicia su
existencia independiente.
Después de nacer, y durante 6 meses aproximadamente,
el bebé se alimenta principalmente de leche materna, ya que ésta aporta los
nutrientes necesarios para el desarrollo adecuado del recién nacido.
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